Descubre el verdadero poder del enfoque

Cuando nacemos no nos entregan un manual para el buen uso y control de nuestra mente. Sin embargo, creamos nuestra realidad a través del enfoque de la atención y pensamientos.

El inconsciente prioriza aquello en lo que te enfocas: En consecuencia, el punto de enfoque determina tu punto de atracción.

Intentemos explicarlo de una manera sencilla.

Si tienes 100 elementos rodeándote, y uno de ellos es positivo y productivo para ti, mientras que los otros 99 son negativos y te causarán frustración, desespero y pesadumbre, pero si eliges conscientemente enfocarte en el único elemento positivo, terminarás ignorando los otros 99 y los mismos, perderán su poder de influencia sobre ti.

Hay una historia de un Gran Maestro espiritual que ilustra este concepto.

Caminando con sus discípulos, llegaron a donde se encontraba un perro muerto en el proceso natural de descomposición. Todos los discípulos comenzaron a quejarse del hedor y la putrefacción. El Maestro sonriente se acercó al perro y dijo a sus discípulos: “Mírenle los dientes, parecen perlas”.

El caso contrario también es cierto…

Imagínate que estás rodeado de 100 cosas y 99 de ellas son buenas y positivas para ti, pero decides enfocarte en la única negativa con el propósito de “solucionar el problema”, las otras 99 irán progresivamente transformándose en negativas.

¡Ese es el poder del enfoque!

Una de las características de Rockefeller que tanto lo ayudó en el éxito de sus negocios, fue que se negaba a preocuparse por algo y nunca aceptaba malas noticias. Cuando tenía 86 años escribió:

“Mi vida ha sido unas largas vacaciones, llenas de trabajo y juegos. En el camino abandoné las preocupaciones y Dios me recompensa cada día”.

La conclusión es, utiliza el poder del enfoque y la guía que llega de tu inconsciente de manera permanente. Al hacerlo, atraerás a las personas y circunstancias que te ayudarán a alcanzar tus metas.

¡Enfócate en tus metas! Los obstáculos para alcanzarlas no son más que las distracciones que te ocurren cuando apartas la atención de ellas.